
La situación del pueblo gitano en España
Diego Fernández Jiménez, director del Instituto de Cultura Gitana, es una figura destacada en la defensa de los derechos del pueblo gitano. Nacido en una familia dedicada a la venta ambulante, Fernández Jiménez es doctor en Derecho y, este viernes, impartirá una conferencia en la Universidad de Jaén con motivo del Día del Pueblo Gitano Andaluz. En esta entrevista, aborda la situación actual del pueblo gitano en España y las medidas necesarias para garantizar su reconocimiento y participación en la sociedad.
600 años de historia y una lucha pendiente
La llegada del pueblo gitano a España se remonta al 2 de enero de 1425, cuando arribaron al Reino de Aragón, y al 22 de noviembre de 1462, cuando llegaron a Andalucía, específicamente a Jaén. Sin embargo, según Fernández Jiménez, la situación actual del pueblo gitano está lejos de ser la que debería. A lo largo de los siglos, se ha pasado de políticas de expulsión a estrategias de reclusión, inclusión forzada y, más recientemente, a un enfoque tokenista o simbólico que no aborda las necesidades reales de esta comunidad.
El director del Instituto de Cultura Gitana señala que, aunque la Constitución española establece una igualdad individual para todos los ciudadanos, no existe un reconocimiento jurídico-político del pueblo gitano como minoría cultural. Esto contrasta con el reconocimiento otorgado a otras minorías culturales en España. Fernández Jiménez denuncia además un evidente anti-gitanismo institucional, subrayando que la Constitución asocia la idea de minoría cultural exclusivamente con el territorio, lo cual considera un error desde el punto de vista del derecho político.
Un estatuto cultural gitano como solución
Para abordar esta problemática, el Instituto de Cultura Gitana, en colaboración con diversas universidades, ha propuesto la creación de un estatuto cultural gitano. Este marco legal busca romper con las políticas asistencialistas que, según Fernández Jiménez, han caracterizado históricamente la relación del Estado con el pueblo gitano. La propuesta incluye una ley orgánica que justifica, desde un punto de vista histórico, la necesidad de este reconocimiento.
Entre los elementos clave de esta propuesta se encuentran el reconocimiento oficial de la cultura gitana, sus símbolos como la bandera y el himno, el Día Nacional del Pueblo Gitano (8 de abril) y el idioma caló, así como el romaní estandarizado. Además, se plantea la creación de un organismo gubernamental que asuma la responsabilidad de la cuestión gitana, denominado «comunidad cultural gitana». Este organismo tendría competencias claras, presupuesto asignado y la obligación de implementar medidas de acción positiva que vayan más allá de los enfoques asistencialistas tradicionales.
Medidas concretas para la inclusión
Fernández Jiménez destaca la necesidad de implementar medidas específicas para garantizar la participación del pueblo gitano en todas las esferas de la sociedad. Por ejemplo, señala que actualmente no hay jueces ni fiscales gitanos en España, y que la representación de esta comunidad en las fuerzas y cuerpos de seguridad del Estado es mínima. Asimismo, denuncia la falta de participación de los gitanos en las instituciones culturales y políticas del país.
El director del Instituto de Cultura Gitana propone seguir el modelo de acción positiva implementado por el presidente Kennedy en Estados Unidos, con el objetivo de normalizar la presencia del pueblo gitano en la vida política y cultural de España. Según Fernández Jiménez, esta propuesta es valiente y equilibrada, y busca corregir el tratamiento insuficiente que ha recibido la cuestión gitana en el Estado español.
El caso de Andalucía
En Andalucía, donde reside aproximadamente la mitad de los gitanos españoles, la situación es especialmente preocupante. Fernández Jiménez subraya que, a pesar de la importancia histórica y demográfica del pueblo gitano en esta región, su representación en las instituciones andaluzas es prácticamente inexistente. Durante toda la democracia, los gitanos han sido ignorados en términos de representación política y reconocimiento de sus derechos históricos.
El director insiste en la necesidad de establecer instituciones que permitan la representación política del pueblo gitano en Andalucía, así como de garantizar que su voz sea escuchada. Para Fernández Jiménez, el reconocimiento del pueblo gitano y la implementación de medidas concretas son pasos fundamentales para corregir siglos de exclusión y discriminación.