
La huida de Jorge y su familia
Jorge —nombre ficticio— ha decidido mantener su identidad en secreto debido al temor a represalias que podrían afectar tanto a él como a sus seres queridos. Originario de Venezuela, dejó atrás casi todo hace tres meses para trasladarse a la capital jiennense junto a su esposa y su hija de tres años. “La situación en Venezuela es crítica y la inseguridad es alarmante. El gobierno colabora con bandas criminales para someter al pueblo”, denuncia en una conversación con Diario JAÉN. La reciente proclamación de Nicolás Maduro como presidente, hace poco más de una semana, complica aún más el regreso de aquellos que han huido del país. La falta de transparencia en el proceso electoral, donde aún no se han presentado las actas de los resultados, intensifica la sensación de inseguridad que permea en gran parte de la población, generando una creciente tensión en las calles entre los partidarios del Ejecutivo y los simpatizantes de la oposición que reclaman su victoria en las urnas.
Estas circunstancias fueron las que llevaron a Jorge y su familia a abandonar su tierra en busca de un futuro más prometedor. “Sabemos que las grandes ciudades están saturadas por la llegada de emigrantes, y que un pueblo pequeño no ofrece demasiada seguridad. Por eso decidimos probar suerte en una ciudad de tamaño moderado como Jaén, donde creemos que podrían surgir oportunidades”, comenta sobre su elección de la capital del Santo Reino.
Desafíos en la búsqueda de empleo
Sin embargo, la suerte no ha estado de su lado hasta ahora. “He intentado conseguir trabajo en diversas áreas: desde talleres de electromecánica hasta como repartidor, pero todos me dicen que no porque no tengo los papeles en regla”, lamenta. Mientras su situación se regulariza, los emigrantes se encuentran en un limbo administrativo. “Tengo que esperar seis meses para que se active mi permiso de trabajo”, añade con frustración.
Por otro lado, la otra cara de la moneda se refleja en los servicios públicos que España ofrece. Su familia ha valorado positivamente la escolarización, un aspecto crucial dado que su hija tiene solo tres años. Aunque priorizan el desarrollo de su pequeña, no pueden evitar sentir nostalgia por sus raíces. Además, Jorge destaca la seguridad que siente en Jaén. “No tengo miedo de llevar a mi niña a jugar al parque, y no tengo que estar alerta constantemente por temor a que un mafioso la secuestre”, señala. Sin embargo, su situación es un secreto para casi todos en su círculo cercano. “Nadie de mis amigos y familiares sabe que estamos en Jaén por motivos de seguridad”, confiesa.
Reflexiones sobre su país y el sistema de salud
Jorge no oculta su decepción ante la situación actual de su país. “Esperaba que, por alguna razón, esta gente escuchara al pueblo venezolano, que clama por democracia, libertad y un salario digno”, afirma con desánimo. A pesar de la posibilidad de un cambio de gobierno, este venezolano descarta regresar, al menos a corto y medio plazo. “Sería necesario un proceso para desarmar a las bandas y restablecer el orden. Regresar no es una mala idea, pero quienes han crecido bajo el chavismo tendrían que atravesar un largo camino para que la convivencia sea nuevamente pacífica”, reflexiona.
Otro aspecto que resalta es el sistema de salud pública. “Mi hija contrajo una enfermedad en Venezuela, un hongo, que los médicos aquí nos dijeron que no habían visto en mucho tiempo”. Mientras esperan la regularización de su situación, Jorge, su esposa y su hija residen en un alojamiento turístico, y expresan su agradecimiento por la labor que realiza Jaén Acoge.
“España es un país que abre las puertas a los venezolanos”, afirma Jorge. Jaén Acoge es uno de los colectivos que mejor representa esta afirmación. Actualmente, brindan servicios a catorce venezolanos, y Antonio Hipólito, director de la asociación, asegura que han notado un crecimiento significativo, especialmente en los últimos meses. “Desde que el Gobierno de España no reconoció la victoria de Maduro, se ha otorgado a los venezolanos la condición de refugiados de guerra y asilados. En Jaén Acoge, llevamos a cabo un programa de protección internacional que incluye acompañamiento psicológico, social y laboral para lograr la condición de asilado”, explica a Diario JAÉN.
Hipólito asegura que muchos de los que llegan a Jaén deciden quedarse, principalmente por razones de seguridad. “Es un lugar muy tranquilo, y eso es muy valorado, ya que algunos han vivido experiencias traumáticas, como que les hayan sacado un arma en la calle”, argumenta. Según los últimos datos del Instituto Nacional de Estadística (2022), en este año había 446 venezolanos residiendo en la provincia, una cifra considerable si se tiene en cuenta que solo seis años antes el número no superaba los 111. Además, se espera que la llegada de más emigrantes continúe en aumento.