
Gran parte del personal sanitario del hospital de Puerto Real se encuentra en una situación de incertidumbre y preocupación tras las recientes decisiones tomadas por la dirección del centro. Según fuentes sindicales, este jueves se informó de manera inesperada que los servicios centrales habían ordenado una serie de recortes en el hospital, afectando principalmente a la planta de Urgencias, lo que ha generado temor ante un posible colapso.
La planta de Urgencias, que actúa como la puerta de entrada al hospital para la mayoría de los pacientes, ya soporta una carga de trabajo considerable. «Han recortado en personal, dejando de contratar a cinco enfermeros y cinco técnicos en cuidados auxiliares de enfermería (TCAE)», explican desde el personal del centro.
Recortes que afectan a la atención en Urgencias
Además de la reducción de personal de enfermería y auxiliares, dos médicos que esperaban ser renovados tampoco continuarán, lo que ha provocado el cierre de una de las salas de observación del hospital, conocida como Observación 2, la cual contaba con 12 camas.
«Esto significa que perdemos 12 camas para pacientes graves que necesitan observación o que están a la espera de ser trasladados a planta», denuncian los sanitarios. También se ha reducido el número de médicos de guardia, lo que agrava aún más la situación.
Impacto en la calidad asistencial
El hospital cuenta con dos salas de observación con 12 camas cada una y una sala adicional con 10 sillones. «A menudo, estas áreas están llenas de pacientes que requieren atención urgente o vigilancia estrecha», señalan los trabajadores. Sin embargo, la falta de personal ha dejado camas inutilizadas, lo que empeora la situación.
El personal médico y sanitario lamenta que, de un día para otro, se han encontrado con menos recursos para atender a los pacientes. «Imagina tener a un anciano de 85 años esperando en un sillón durante horas, mientras al lado hay camas vacías que no podemos usar», critican.
La situación ha generado una gran preocupación entre los profesionales, quienes advierten que la carga asistencial ya era elevada antes de los recortes. Ahora, con menos personal y recursos, temen que los tiempos de espera aumenten y la calidad de la atención se vea seriamente comprometida.
Un futuro incierto para el hospital
Los recortes también afectan a la moral del personal, que se siente desbordado. «Nos encontramos con una carga de trabajo insostenible y menos recursos para hacer frente a la demanda», afirman. Los profesionales esperan que la dirección del hospital reconsidere estas decisiones y que no todo el peso de los recortes recaiga sobre el área de Urgencias.
«La calidad asistencial está en juego», concluyen, al tiempo que subrayan la necesidad de una rectificación urgente para evitar que la situación empeore aún más.