
Marcha multitudinaria en el Día Internacional de la Eliminación de la Violencia contra las Mujeres
Al grito de «No es no, lo demás es violación» y «No son muertas, son asesinadas», miles de personas salieron a las calles este 25 de noviembre para exigir medidas contundentes frente a la violencia de género. Según la organización convocante, la marcha reunió a unas 5.000 personas, mientras que la Policía Local estimó la participación en unas 2.500. La movilización tuvo como objetivo principal visibilizar una problemática que sigue cobrándose vidas y exigir mejores políticas públicas para erradicar esta lacra social.
El evento se enmarca en el Día Internacional de la Eliminación de la Violencia contra las Mujeres, una fecha que busca concienciar sobre la necesidad de actuar frente a este tipo de violencia. Este año, las cifras son alarmantes: 40 mujeres han sido asesinadas por violencia de género y más de una decena de menores han perdido la vida como víctimas de violencia vicaria. Las manifestantes reclamaron justicia para las víctimas y medidas más eficaces para prevenir estos crímenes.
Exigencias de políticas públicas más eficaces
Durante la marcha, las participantes hicieron un llamado a los gobiernos para que implementen políticas públicas integrales que aborden la violencia de género desde múltiples frentes. Entre las demandas principales se encuentran el fortalecimiento de los sistemas de protección para las víctimas, la mejora en la formación de los cuerpos policiales y judiciales, y el aumento de los recursos destinados a la prevención y atención de estos casos.
Las manifestantes también señalaron la importancia de la educación como herramienta clave para erradicar la violencia machista. En este sentido, pidieron que se refuercen los programas educativos que promuevan la igualdad de género y que se combata de manera activa la normalización de actitudes violentas en la sociedad.
El impacto de la violencia vicaria
Un tema que tuvo especial protagonismo en la marcha fue la violencia vicaria, una forma de violencia de género en la que los agresores atacan a los hijos e hijas como medio para causar daño a las madres. Este año, más de una decena de menores han sido asesinados bajo esta modalidad, lo que ha generado una profunda indignación y ha puesto de manifiesto la necesidad de reforzar los mecanismos de protección para los niños y niñas en situación de riesgo.
Las organizaciones feministas subrayaron que la violencia vicaria no solo destruye vidas, sino que también perpetúa un ciclo de dolor y trauma que afecta a las familias y a la sociedad en su conjunto. Por ello, insistieron en la urgencia de adoptar medidas específicas para prevenir este tipo de violencia y garantizar la seguridad de las víctimas.
La marcha concluyó con un emotivo homenaje a las víctimas de la violencia de género, en el que se leyeron sus nombres y se guardó un minuto de silencio. Las manifestantes reafirmaron su compromiso de seguir luchando hasta que ninguna mujer tenga que temer por su vida y ningún menor sea utilizado como herramienta de violencia.