
ALMERÍA.- La Junta de Andalucía, a través de la Consejería de Sostenibilidad, Medio Ambiente y Economía Azul, ha abierto el proceso de licitación para las obras de sellado del vertedero de residuos inertes de Berja (Almería). El presupuesto asignado a este proyecto asciende a 2.204.744 euros y se estima que los trabajos tendrán una duración de 15 meses una vez que comiencen.
El proyecto, que cuenta con una cofinanciación del 85% a través de Fondos Feder, tiene como principal objetivo reducir los riesgos ambientales y sanitarios asociados al vertedero. Además, se busca regularizar las superficies para controlar la inestabilidad de los taludes, así como instalar las infraestructuras necesarias para clausurar este punto de vertidos no supervisado, el cual está incluido en un procedimiento de infracción por parte de la Comisión Europea.
Características del vertedero y riesgos ambientales
El vertedero en cuestión está compuesto principalmente por residuos inertes de la construcción, restos vegetales y escombros. Los taludes de vertido superan los 20 metros de altura y ocupan una superficie aproximada de 4.831 metros cuadrados, según la memoria del proyecto consultada por Europa Press. Actualmente, el vertedero se encuentra «inactivo» y cuenta con un presellado de clausura realizado por el Ayuntamiento de Berja.
Este punto de inertes está ubicado a unos tres kilómetros al oeste de la población de San Roque, en Berja (Almería), afectando a una superficie de 10.521 metros cuadrados de terreno tanto público como privado. Entre los principales riesgos que presenta este espacio se encuentran los posibles desprendimientos de los taludes del barranco, así como la ausencia de un sistema de drenaje adecuado. Las escorrentías discurren sin control desde las zonas más altas hacia las más bajas, lo que incrementa el riesgo de contaminación de suelos y aguas superficiales o subterráneas.
Intervenciones previstas y objetivos del proyecto
El espacio afectado se divide en dos áreas diferenciadas: una plataforma de coronación llana, donde la acumulación de residuos es menos evidente debido al sellado previo, y un talud inclinado que desemboca en el Barranco de Cintas, donde el afloramiento de inertes es más notorio. Un estudio histórico basado en fotografías aéreas revela que hasta 1984 la zona era principalmente de matorral, mientras que en 1997 se observa el inicio de las labores agrícolas en el área.
La memoria del proyecto señala que las labores de nivelación de parcelas en la zona implicaron movimientos de tierra que probablemente contribuyeron al vertido de material de relleno en la ladera, modificando la topografía del lugar. Desde 2013, el vertido de residuos parece haberse estabilizado, sin cambios significativos en su aspecto desde entonces.
El principal objetivo de la intervención es prevenir el colapso y los desplazamientos no deseados de los residuos, lo que podría dañar la capa de cobertura. Esto evitaría la exposición de los residuos y la infiltración de agua de lluvia, reduciendo así la erosión y la posible formación de lixiviados.
Medidas adicionales y plan de vigilancia
Entre las medidas más relevantes para el sellado del vertedero se incluyen la limpieza y acondicionamiento de los vertidos en la parcela, la disposición de capas de sellado, la regulación del drenaje de escorrentías superficiales y la construcción de un muro de escollera, además de otras obras complementarias. Asimismo, se procederá a la revegetación del área con especies autóctonas y se limitará el acceso mediante un cerramiento perimetral.
Esta acción responde a las disposiciones europeas que obligan a la Junta de Andalucía a sellar y clausurar este espacio, con el fin de evitar daños medioambientales y cumplir con las exigencias de salubridad. El proyecto también incluye un plan de vigilancia y control que se extenderá por un mínimo de 30 años.
EUROPA PRESS