En una ciudad como Málaga, que atrae millones de visitantes cada año, resulta fácil imaginar que cada esquina ha sido inmortalizada una y otra vez. Desde la icónica Calle Larios hasta la majestuosa Alcazaba, los clásicos nunca pasan desapercibidos. Sin embargo, más allá de los destinos habituales, existen rincones que permanecen en un discreto segundo plano, esperando a ser descubiertos por quienes buscan algo diferente.
Jardín Botánico La Concepción: Un paseo entre especies exóticas
A tan solo unos minutos del bullicioso centro de Málaga se encuentra el Jardín Botánico-Histórico La Concepción. Aunque es conocido por los residentes, rara vez ocupa un lugar destacado en las guías turísticas. Este espacio, que data del siglo XIX, combina paisajismo romántico con una asombrosa colección de plantas exóticas. Los senderos sombreados, las cascadas y las vistas al horizonte malagueño desde su mirador son ideales para quienes buscan tranquilidad y fotografías únicas.
La cueva del Tesoro: Historia y misterio en el litoral
En el municipio vecino de Rincón de la Victoria, la cueva del Tesoro es una joya que combina historia, leyendas y formaciones geológicas únicas. Esta cueva marina, una de las pocas de su tipo en el mundo, ofrece una experiencia distinta a la que podría encontrarse en otras cuevas de la región, como las de Nerja. Sus galerías esconden historias de piratas y tesoros perdidos, además de un juego de luces y sombras perfecto para fotografías cargadas de misterio.
Barrio de Lagunillas: Arte urbano lejos del foco turístico
Si bien el arte callejero en Málaga suele asociarse con el Soho, el barrio de Lagunillas ofrece un ambiente más auténtico y menos explorado. Este barrio, de raíces humildes, está siendo transformado por artistas locales que llenan sus paredes con murales vibrantes. Las calles empedradas y los grafitis que mezclan tradición y modernidad hacen de Lagunillas un escenario perfecto para quienes buscan capturar la esencia de la Málaga más alternativa.
Playa de la Araña: Un rincón costero con sabor local
En el extremo oriental de Málaga, lejos de las playas más concurridas, se encuentra la playa de la Araña. Este enclave, rodeado por pequeñas casas de pescadores y bares tradicionales, conserva un aire pintoresco que contrasta con el desarrollo urbanístico de otras áreas de la ciudad. Los barcos varados en la arena y las redes de pesca ofrecen un escenario auténtico, ideal para quienes buscan capturar la vida cotidiana de un pueblo marinero.
Cementerio Inglés: Silencio y belleza arquitectónica
El Cementerio Inglés de Málaga es otro de esos lugares que, pese a su singularidad, pasa desapercibido para muchos. Fundado en 1831, es el cementerio protestante más antiguo de España y alberga una combinación de tumbas monumentales y vegetación exuberante. Su atmósfera tranquila y la rica historia que encierra lo convierten en un lugar idóneo para la reflexión y la fotografía artística.
El Monte Victoria: Vistas panorámicas sin masificaciones
Aunque el monte Gibralfaro es el punto más conocido para disfrutar de vistas panorámicas de la ciudad, el Monte Victoria ofrece una alternativa menos concurrida. Desde sus senderos, se puede apreciar una perspectiva diferente del centro histórico y del Mediterráneo. Además, la ruta está rodeada de flora autóctona y rincones ocultos que invitan a la exploración.
Convento de las Carmelitas Descalzas: Espiritualidad y arte
Ubicado en pleno corazón de la ciudad, el convento de las Carmelitas Descalzas pasa desapercibido para la mayoría de los transeúntes. Este edificio, cuya sobria fachada no revela su riqueza interior, alberga una iglesia decorada con piezas de arte sacro de gran valor. Las visitas, aunque limitadas, ofrecen una experiencia íntima que conecta con el lado más espiritual de Málaga.
Redescubrir Málaga
Explorar estos rincones menos fotografiados es una invitación a redescubrir Málaga desde una perspectiva distinta. Lejos de las multitudes y de los lugares más conocidos, estos espacios ofrecen momentos de calma, belleza y auténtica conexión con la esencia de la ciudad. Para el visitante curioso y el residente inquieto, Málaga siempre guarda secretos que esperan ser desvelados.