
Voluntarios en Paiporta: Solidaridad en medio del desastre
Mario Moreno Martínez y su amigo Carlos Iván Ramírez se encuentran en Paiporta, una localidad gravemente afectada por las recientes inundaciones, colaborando en las labores de limpieza y asistencia. Ambos llegaron el pasado lunes, después de cargar una furgoneta con suministros, entre los que se incluía una máquina autobomba. “Nosotros estamos durmiendo en el pabellón de un colegio, con colchones en el suelo, comemos de lo que la gente nos da, ya que por suerte hay mucha humanidad aquí. Anoche nos duchamos con una manguera en el mismo colegio”, relató Moreno Martínez.
El voluntario también explicó que, durante la mañana anterior, estuvieron trabajando en una cochera: “Ahí estuvimos achicando agua, sacando fango y todo tipo de cosas”. Además, señaló que tienen preparadas otras cuatro máquinas autobombas, donadas por el Ayuntamiento de Mancha Real, simpatizantes de VOX Jaén y la Asociación de Comercio Activo de Mancha Real, que deben ser transportadas a Valencia para continuar con las labores de apoyo.
El impacto del desastre en Paiporta
Al llegar a Paiporta, Mario Moreno y Carlos Iván se encontraron con una situación devastadora. “Esto es muy duro, lo peor que hay. Los coches están por los árboles, reventados, las calles inundadas y llenas de barro”, describió Moreno Martínez, visiblemente afectado por la magnitud del desastre. En sus propias palabras, la situación es tan crítica que “parece que se va a acabar el mundo”.
A pesar de la gravedad de la situación, Moreno destacó la impresionante movilización de voluntarios que han acudido a ayudar. “La marea de voluntarios es impresionante. Caminamos por cualquier calle o cochera que ya han limpiado, y ya hay gente repartiendo comida o cualquier tipo de víveres”. Este despliegue de solidaridad ha sido fundamental para aliviar la situación de los afectados.
La solidaridad de los valencianos
Los gestos de apoyo y agradecimiento por parte de los habitantes de Paiporta no han pasado desapercibidos para los voluntarios. “La gente es muy agradecida. Esta mañana —por ayer— estuvimos en la casa de una familia y cuando les contamos cómo nos limpiamos, nos ofrecieron que nos duchásemos en su casa, que hay agua caliente. Nos han regalado calcetines para cambiarnos y la gente se porta muy bien”, comentó Moreno Martínez.
Mario Moreno y Carlos Iván Ramírez continúan trabajando incansablemente, limpiando calles y los bajos de las viviendas, que han quedado cubiertos de barro y escombros. A pesar de la dureza de la situación, Moreno mantiene una visión optimista: “Cuando veo lo que hay aquí, todavía veo un signo de esperanza”. La labor de estos voluntarios es un ejemplo del poder de la solidaridad en tiempos de crisis.