
SEVILLA, 8 – El arzobispo de Sevilla, José Ángel Saiz Meneses, ha abordado la controversia que ha vuelto a surgir en el ámbito cofrade respecto a los carteles de temática religiosa. Estos carteles pueden ser aquellos que anuncian la Semana Santa en general, así como los que las hermandades encargan para conmemorar aniversarios de fundación, coronaciones canónicas o la hechura de sus titulares. En este contexto, el prelado ha señalado que «más que buscar el valor artístico, estas obras deberían ayudar a la oración y devoción».
Durante una reciente entrevista, Saiz Meneses fue preguntado sobre la gran repercusión, incluso a nivel nacional, que tuvo el cartel de la Semana Santa de Sevilla de 2024, creado por Salustiano García. Esta obra no estuvo exenta de críticas negativas, al igual que el cartel de la Macarena, realizado por Luis Gordillo, que ha generado una variedad de reacciones, incluidos memes en redes sociales.
La perspectiva del arzobispo sobre los carteles
El arzobispo ha manifestado: «No entro en valoraciones de carteles, y además, eso depende de las hermandades, pues que ellas hagan lo que crean conveniente; sobre gustos no hay disputa». Sin embargo, ha enfatizado que considera que los carteles deberían contribuir a la devoción, ofreciendo este consejo a las hermandades: «Es bueno que nos ayuden a la devoción».
En su opinión, los carteles poseen una dimensión artística, pero al tratarse de obras de hermandades, deberían «procurar ayudar a la piedad y a la devoción». Esta postura refleja la importancia que el arzobispo otorga a la función espiritual de estas obras en el contexto de la Semana Santa.
El cartel de la Macarena y su controversia
El cartel de la Hermandad de la Macarena, creado por el sevillano Luis Gordillo, ha sido objeto de un intenso debate y ha suscitado diversas polémicas. Esta obra contemporánea presenta el rostro de la Virgen Esperanza de manera «esencialista», utilizando escasos trazos en color rojo sobre un fondo blanco. Gordillo, al presentar su obra, explicó que buscaba capturar «el primer deslumbramiento, el enamoramiento instantáneo entre dos miradas, la mía y la de la Virgen», adoptando un enfoque «minimalista» que elimina cualquier elemento que pueda distraer de la esencia de lo representado.
En relación al cartel de la Semana Santa del año anterior, su autor defendió el «respeto y amor» que había puesto en su creación, la cual fue encargada por el Consejo de Hermandades y Cofradías. A pesar de las críticas que recibió por la desnudez y los rasgos del Resucitado, que se inspiraron en su hijo Horacio, el artista argumentó que «no había fundamentos y sí fundamentalismos» en las críticas recibidas.