
VÍCAR.- Medio centenar de mujeres de Vícar han tenido la oportunidad de participar en un enriquecedor viaje de convivencia que las llevó hasta Marruecos, donde exploraron las maravillas culturales de las ciudades de Tánger, Chaouen y Asilah, conocida como la «Perla Azul». Este encuentro, que tuvo lugar el pasado fin de semana, permitió a las participantes sumergirse en una experiencia única, impregnada de la esencia de los sueños nazaríes y bereberes. Según Almudena Jiménez, concejala de Mujer, esta actividad fue «una convivencia única y muy enriquecedora, de gran interés para las viajeras, con un extraordinario ambiente intergeneracional en el que participaron abuelas, madres, hijas y amigas». Además, destacó que el viaje sirvió como un espacio para compartir aprendizajes y vivencias tanto culturales como personales.
Explorando Tánger: Historia y leyendas
Durante los tres días de convivencia, las mujeres vicarias realizaron visitas guiadas a diversos puntos de interés en Tánger, como el Cabo Spartel, las Grutas de Hércules, la Kashba, la Medina y los zocos de esta vibrante ciudad marroquí. Tánger, situada en el extremo norte de Marruecos, es un destino irresistible que combina su carácter cosmopolita con una rica historia. Con una población aproximada de 950.000 habitantes, la ciudad está impregnada de mitos y leyendas, como la de su fundación por Anteo, hijo de Neptuno, quien la bautizó en honor a su esposa Tingis.
El ambiente bullicioso de Tánger, junto con su mezcla de culturas y tradiciones, cautivó a las participantes, quienes pudieron disfrutar de la riqueza arquitectónica y la vida cotidiana de esta urbe. Las visitas a los zocos y la Medina ofrecieron una experiencia inmersiva, permitiendo a las viajeras apreciar la artesanía local y degustar la gastronomía típica de la región.
Chaouen y Asilah: Belleza y tradición
Otro de los destinos destacados fue Chaouen, una ciudad enclavada en las montañas del Rif, al noroeste de Marruecos. Este lugar es famoso por los tonos azules que adornan los edificios de su casco antiguo, creando un paisaje único que fascina a los visitantes. Las callejuelas empedradas y los talleres de telares y marroquinería añadieron un toque especial a la experiencia, permitiendo a las mujeres vicarias conocer de cerca las tradiciones artesanales de la región.
Por su parte, Asilah, ubicada en la costa atlántica, ofreció un recorrido por su rica historia, que se remonta a la época fenicia. A solo 46 kilómetros de Tánger, esta ciudad destaca por sus fortificaciones construidas por los portugueses, que aún se conservan en perfecto estado. Las participantes exploraron la medina, con sus calles estrechas y serpenteantes, donde encontraron tiendas de artesanía, cafeterías y restaurantes que ofrecían platos típicos marroquíes. La plaza principal, con su mezquita y la emblemática torre del reloj, se convirtió en uno de los puntos más fotografiados del viaje.
Este viaje de convivencia no solo permitió a las mujeres de Vícar descubrir la riqueza cultural e histórica de Marruecos, sino que también fomentó la creación de lazos intergeneracionales y el intercambio de experiencias. Sin duda, una aventura que quedará grabada en la memoria de todas las participantes.