El Palacio de Winthuyssen, un edificio histórico situado en el corazón de la ciudad, ha sido objeto de una profunda reforma que ha permitido devolverle su esplendor original. Construido en el último tercio del siglo XVIII, en plena época de auge comercial con ultramar, este edificio emblemático había sufrido años de abandono y deterioro. Sin embargo, gracias a esta intervención, el palacio ha recuperado su grandeza, respetando su rica historia mientras se incorporan elementos arquitectónicos modernos.
Una inversión significativa para la renovación del casco histórico
La rehabilitación del Palacio de Winthuyssen ha supuesto una inversión cercana a los nueve millones de euros, y no solo ha abarcado el edificio en sí, sino también las calles adyacentes a la parcela de 5.564 metros cuadrados. Las vías afectadas incluyen Virgen de Los Milagros, Espíritu Santo y Albareda, donde se han construido 40 viviendas que se espera sean entregadas en noviembre. El complejo, que llevará el nombre de ‘Los Jardines de Albareda’, contará además con zonas ajardinadas, piscinas y 42 plazas de aparcamiento.
El alcalde Germán Beardo destacó la importancia de este proyecto para la revitalización del casco histórico de la ciudad. Según sus palabras, la rehabilitación del edificio del palacio no solo ha protegido su monumentalidad, sino que también lo ha integrado en el tejido urbano, manteniendo su carácter residencial y comunitario. «Este proyecto convierte un edificio en ruinas en un espacio moderno y habitable, sin olvidar su pasado», afirmó Beardo.
El impulso del Peprichye y la transformación del centro histórico
Beardo también subrayó el papel crucial que ha jugado la aprobación del Peprichye (Plan Especial de Protección y Reforma Interior del Casco Histórico y Ensanche) en la revitalización del centro histórico. Este plan ha sido clave para atraer inversiones y generar confianza entre los inversores, lo que ha permitido la ejecución de proyectos como el de Los Jardines de Albareda.
El alcalde recordó que este proyecto es solo uno de los más de 50 que se han puesto en marcha en los últimos años para transformar el casco histórico de El Puerto de Santa María. Estas iniciativas buscan devolver a la ciudad su dinamismo y protagonismo, consolidando su identidad como la «Ciudad de los Cien Palacios».
Con la finalización de la rehabilitación del Palacio de Winthuyssen, El Puerto de Santa María da un paso más hacia la recuperación de su patrimonio histórico, adaptando sus espacios a las necesidades del siglo XXI sin perder de vista su rica herencia cultural.
Patrimonio histórico de El Puerto de Santa María
El Puerto de Santa María, situado en la provincia de Cádiz, España, cuenta con un rico patrimonio histórico que refleja su importancia a lo largo de los siglos. Desde la época romana, cuando era conocido como «Portus Menesthei», el Puerto ha sido un enclave estratégico debido a su ubicación a orillas del río Guadalete y su proximidad al Atlántico. Durante la Edad Media, la ciudad creció bajo el dominio musulmán hasta su reconquista en 1260 por Alfonso X el Sabio, quien impulsó el desarrollo de su puerto y lo convirtió en un centro de comercio vital. Este legado aún puede apreciarse en vestigios arquitectónicos como la Iglesia Mayor Prioral, construida entre los siglos XV y XVII.
En la Edad Moderna, El Puerto de Santa María vivió su esplendor durante los siglos XVI y XVII, siendo uno de los principales puntos de partida hacia las Américas tras el descubrimiento del Nuevo Mundo. La ciudad se convirtió en un epicentro del comercio marítimo con las colonias americanas, lo que favoreció el desarrollo de palacios y casas señoriales, como el Palacio de Araníbar o la Casa de los Leones, ejemplos de la arquitectura renacentista y barroca que todavía se pueden visitar hoy en día. El puerto era también un importante punto de encuentro para expediciones científicas y comerciales, lo que enriqueció cultural y económicamente la región.
Hoy en día, El Puerto de Santa María conserva este patrimonio histórico, no solo en su arquitectura, sino también en sus tradiciones. El casco antiguo de la ciudad, con su trazado medieval y sus edificios históricos, es un testimonio vivo de la riqueza cultural que ha acumulado a lo largo de los siglos. Además, monumentos como el Castillo de San Marcos, una fortaleza de origen musulmán que fue reformada tras la reconquista, o la Plaza de Toros, una de las más antiguas de Andalucía, siguen siendo emblemas importantes del pasado glorioso del Puerto. Todo este legado histórico convierte al Puerto de Santa María en un destino atractivo para quienes buscan entender la evolución de la historia y la cultura de la región andaluza.