
El inicio de la temporada de castañas y mazorcas asadas en Córdoba
Este año, a diferencia de temporadas anteriores, el calor no es el protagonista del inicio de la campaña de castañas y mazorcas asadas en Córdoba. En su lugar, la lluvia y las bajas temperaturas han marcado el comienzo de este periodo, debido al temporal que ha afectado a la ciudad durante esta semana. Este cambio climático, más acorde con la estación otoñal, ha abierto paso a una de las tradiciones gastronómicas más esperadas por los cordobeses.
El ambiente fresco y húmedo, característico de esta época del año, invita a disfrutar de los productos típicos de la temporada. Las castañas y mazorcas asadas, que se venden en los tradicionales puestos callejeros, son un símbolo del otoño en Córdoba. Este año, los cordobeses podrán disfrutar de estas delicias en 21 puntos de venta distribuidos por los diferentes barrios de la ciudad.
Una tradición que inunda las calles
El aroma a brasa y a castañas asadas se convierte en un elemento distintivo de las calles de Córdoba durante los meses de otoño. Los puestos, que se instalan en lugares estratégicos de la ciudad, permiten a los vecinos disfrutar de estas delicias sin tener que alejarse demasiado de sus hogares. Este año, la oferta se mantiene con 21 puestos, lo que garantiza que la mayoría de los barrios cuenten con al menos un punto de venta cercano.
Los vendedores, que en muchos casos llevan generaciones dedicándose a este oficio, preparan las castañas y mazorcas con esmero, utilizando técnicas tradicionales que han pasado de padres a hijos. El proceso de asado, que se realiza en braseros de carbón, otorga a estos productos un sabor inconfundible que atrae tanto a locales como a turistas.
El impacto del clima en la temporada
El temporal de lluvia y frío que ha afectado a Córdoba en los últimos días ha sido un factor determinante en el inicio de la temporada de castañas y mazorcas asadas. A diferencia de otros años, donde las altas temperaturas retrasaban la llegada de este tipo de productos, en esta ocasión el clima ha sido favorable para su consumo desde el principio. Las bajas temperaturas invitan a buscar alimentos calientes y reconfortantes, lo que ha impulsado la demanda de castañas y mazorcas asadas.
Este tipo de productos no solo forman parte de la gastronomía local, sino que también representan una fuente de ingresos importante para los vendedores ambulantes, quienes dependen de las condiciones climáticas para asegurar el éxito de la temporada. Con el frío y la lluvia como aliados, se espera que este año la campaña sea especialmente fructífera.