
En 1985, Luis Berges recibió el encargo de la Junta de Andalucía, a través de su sección de Bellas Artes, para llevar a cabo la restauración de la iglesia parroquial de Santa María en Alcaudete. Su primer paso fue solicitar permiso a José María Ruiz Povedano para consultar un trabajo publicado por el Instituto de Estudios Giennenses ese mismo año, el cual contenía la documentación necesaria para comprender el origen de esta magnífica obra arquitectónica y así poder elaborar un proyecto de recuperación. Berges logró obtener la autorización, y aún conserva en su legado la carta del historiador, fechada el 30 de septiembre de 1985.
“Fueron unos años muy complicados, porque era quítate de ahí tú para que yo me ponga”
El arquitecto jiennense, quien el 17 de junio cumplirá 100 años, recuerda con claridad el esfuerzo y dedicación que invirtió en un edificio que se encontraba en un estado de ruina casi total. A pesar de su arduo trabajo, las circunstancias impidieron que la restauración se concretara. Este no fue el único proyecto que quedó sin realizar; también le ocurrió con el Teatro Darymelia y los Baños del Naranjo. Luis Berges aprovecha la ocasión para recordar a la Diputación Provincial de Jaén y al Ayuntamiento que, en los bajos de la calle Calvario de la capital, se encuentran los segundos baños árabes de una ciudad que hoy corre el riesgo de perder este patrimonio, lo que significaría renunciar al privilegio de ser la única en Europa con dos baños árabes de características similares.
“Hubo un montón de jubilaciones forzosas y recuerdo que me mandaron de la Junta de Andalucía unos arquitectos recién salidos del horno y me quitaron obras de restauración como los Baños del Naranjo, el Teatro Darymelia y la iglesia de Santa María de Alcaudete”
Berges se atrevió a examinar el conjunto monumental de la iglesia de Santa María, la cual se sitúa en un lugar privilegiado dentro del recinto amurallado que antaño rodeaba la villa. De estilo gótico-mudéjar, su memoria arquitectónica revela que la planta es rectangular, con dimensiones de 38 metros de largo por 22 de ancho. Dividida en dos naves, su descripción formal la clasifica como un edificio representativo del gótico tardío, que se caracteriza por constantes histórico-artísticas y regionales que la definen como una obra andaluza. A lo largo de su historia, el conjunto arquitectónico recibió importantes aportaciones en las épocas del Plateresco y del Renacimiento, incluyendo la portada de Santa María y la capilla mayor del templo, así como algunas obras encargadas a Andrés de Vandelvira. Sin embargo, el proyecto que había caído en manos de Luis Berges fue finalmente arrebatado en un contexto de intensa actividad urbanística, donde las decisiones políticas no siempre resultaron ser las más acertadas.
Mesa de trabajo
“Siempre he tenido una buena relación con los alcaldes de los pueblos. En el Ayuntamiento de Alcaudete, que es una obra de mi padre, recuerdo que hablé con el alcalde de aquel tiempo, así como lo hice con los de Hornos y Cazorla, entre otros, en un período en el que todos me hacían encargos”, reflexiona Berges.
El 17 de junio, Luis Berges Roldán (nacido en Jaén en 1925) celebrará su centenario, un momento que le permite recordar su legado como arquitecto y urbanista. Su trayectoria de cuatro décadas no solo se tradujo en la recuperación del patrimonio monumental de la capital, sino que dejó una huella universal en pueblos y ciudades que merece ser destacada. Este artículo inicia un serial que busca resaltar los principales trabajos de un jiennense ilustre que ha vivido con humildad y sin afán de protagonismo.
“Siento satisfacción de haber acertado. He tenido siempre suerte en mi trabajo”
El primer capítulo de esta serie se centra en la restauración del Castillo de la Mota de Alcalá la Real y la Torre del Farol, dos joyas arquitectónicas que hoy lucen espléndidas gracias a los planos que Berges trazó a mano, en una época en la que la digitalización no existía. Es un lujo contemplar las carpetas que contienen los dibujos de una rehabilitación que llevó años, junto a documentos con facturas originales en pesetas y esbozos de un futuro arquitectónico que él mismo ha seleccionado para este reportaje. Los años 1970 y 1973 fueron cruciales, ya que Berges trabajó en la recuperación de esta ciudadela, que sirvió de refugio durante la invasión francesa.